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PIEL NORMAL

 

   Cuando los parámetros fisiológicos de la piel son normales, la piel se describe como eudérmica, es decir, se muestra íntegra, con poros finos, buen riego sanguíneo, color rosado y con una transparencia uniforme.

   No es ni demasiado grasa ni demasiado seca y desde un punto de vista objetivo no presenta ningún tipo de problemas.

   No obstante, esta condición de la piel puede ser alterada considerablemente por factores tanto endógenos como exógenos.

 

 

 

Una piel sensible e intolerante reacciona más que una piel normal, es hiperreactiva. Sufre picazones, acaloramientos, hormigueos y picores (aunque estos se producen con menor frecuencia).
    Estas sensaciones de incomodidad, a veces acompañadas de rojeces, aparecen de forma exacerbada como reacción a estímulos de diferente naturaleza que normalmente no deberían provocar irritación: físicos, químicos, psicológicos y hormonales.
    Esta hipersensibilidad de la piel es el resultado de una disminución de su umbral de su tolerancia. Cuanto más sensible es la piel, menor es su umbral de tolerancia. Hay un factor principal que es responsable de esta disminución del umbral de tolerancia y, en consecuencia, de esta sensibilidad exacerbada:
   La epidermis de las pieles sensibles e intolerantes presenta una alteración de su función de barrera. Este fenómeno favorece una deshidratación de la piel y, sobre todo, la penetración de agentes potencialmente irritantes.

 

 

 

Las zonas descamadas en la piel pueden producir picores intensos y sensación de tirantez. La piel se muestra áspera y llena de manchas, e incluso en ocasiones aparece envejecida de manera prematura.

 

 

 

 

 

 

 

Este tipo de piel se caracteriza por poros dilatados con comedones (espinillas), brillos de aspecto grasiento, falta de transparencia uniforme y con frecuencia tiene un aspecto pálido y amarillento.

 

 

 

 

 

 

 

La piel mixta es exactamente lo que parece, una combinación de piel seca y piel grasa. Saber qué tipo de piel tienes es el primer paso para lograr que tu piel se vea y se mantenga radiante y juvenil.

La frente, el mentón y la nariz son de tipo graso, mientras que las mejillas, por el contrario, se presentan normales o secas.

 

 

 

 

 

PIEL SENSIBLE

PIEL SECA

PIEL GRASA

PIEL MIXTA

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